18 noviembre 2011
El Sindicato de Enfermería emplaza al partido que gobierne los próximos cuatro años a que promueva la presencia estable de la enfermería en todos los ámbitos educativos ya que favorece la igualdad de oportunidades y previene, en la infancia, la adquisición de hábitos perjudiciales para la salud.
Los accidentes infantiles son la primera causa de muerte en niños y niñas de uno a catorce años. En estas edades hay más muertes por lesiones que por la suma de todas las demás enfermedades infantiles. De todos los accidentes infantiles, el 15% ocurren en la escuela.
Otro dato. España se sitúa a la cabeza de los países europeos en obesidad infanto-juvenil. La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda establecer políticas y planes integrales de prevención mediante la promoción de un estilo de vida saludable que incidirá, por ejemplo, en un menor desarrollo de diabetes (el 90% de los casos de diabetes tipo 2 se da en personas con sobrepeso).
El Sindicato de Enfermería, ante la celebración del Día Mundial de la Infancia, considera que la salud infantil y juvenil debe convertirse en una cuestión prioritaria en las políticas preventivas y que ésta debe comenzar en edades tempranas, durante su permanencia en los centros educativos.
“Está demostrado, explica Alejandro Laguna, Secretario General del Sindicato de Enfermería y portavoz de esta organización, que los hábitos que se adquieren en edades tempranas perduran en el tiempo, por lo que promover hábitos de vida saludable en la escuela es la mejor forma de evitar enfermedades futuras y los profesionales de enfermería son el personal más cualificado para llevarlo a cabo”.
Hay que tener además en cuenta, añade Laguna, que numerosas enfermedades, una vez que se desarrollan, generan, además, importantes gastos tanto en su diagnóstico como en su curación o cronificación “que se podrían evitar, por ejemplo, haciendo una buena educación para la salud –prevención– cuando es más fácil hacerlo, durante la edad escolar”.
Así, por ejemplo, la diabetes tipo 2, que representa el 90% de todos los casos de diabetes, se puede evitar actuando sobre los factores de riesgo modificables, de abordaje difícil y costoso en la edad adulta cuando hay hábitos alimenticios no correctos. En nuestro país, la diabetes representa entre el 15-20% del gasto sanitario total.
“La educación para la salud es, sin duda, una de las áreas primordiales de intervención enfermera, siendo los centros escolares uno de los ámbitos en los que la presencia de la enfermería es, cada vez, más necesaria”, especialmente cuando las políticas educativas promueven la integración de niños y jóvenes con patologías diversas (diabetes, intolerancias alimentarias varias, espina bífida, …) o se hace necesaria la administración de medicación.
Hoy en día, explica el Secretario General de SATSE, “algunos entienden que la enfermera escolar es un privilegio que no es considerado como tal cuando uno de nuestros hijos es diabético –y necesita estar controlado las 24 horas al día–, necesita ser sondado con una cierta periodicidad o padece una grave intolerancia alimentaria –y el control de los alimentos que consume en el comedor escolar es esencial–“.
“Tampoco se considera un privilegio, continua, cuando se produce un accidente en el colegio –muy habituales por otra parte– y éste dispone de un profesional cualificado para atenderlo y capaz de valorar si necesita atención en otro ámbito asistencial (centro de salud u hospital)”.
Alejandro Laguna explica que, el hecho de no disponer de un profesional de enfermería en los centros educativos “puede hurtar el derecho de los niños a una plena escolarización y a sus padres a ejercer libremente su profesión al tener que estar pendiente de los tratamientos que pueda necesitar su hijo y que, en la mayoría de los casos, no pueden ser realizados por los docentes por su falta de cualificación”.
La labor de la enfermería también abarca otros ámbitos de actuación como “la concienciación de que determinados hábitos de comportamiento –el alcohol, el tabaco, etc.– puede tener consecuencias negativas para la salud en el futuro así como que una correcta educación sexual promueve una sexualidad más completa y responsable”.
Por último, señalar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la educación para la salud como una combinación de oportunidades de aprendizaje que facilita cambios voluntarios del comportamiento que conducen a una mejora de la salud y, también, de la sociedad en la que vivimos.







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